Hay palabras expósitas, hay palabras bastardas, hay palabras de alcurnia, hay palabras reales. Hay palabras desconocidas, hay palabras impuras, hay palabras inútiles, hay palabras parásitas. Hay palabras admirables, hay palabras impresentables, hay palabras impronunciables, hay palabras extrañas y extranjeras. Hay palabras amigas, hay palabras ajenas, hay palabras vecinas, hay palabras nuevas.
Hay palabras viejas, hay palabras en desuso, hay palabras confusas, hay palabras oscuras, hay palabras luminosas, hay palabras retóricas, hay palabras francas, hay palabras mentirosas, hay palabras profundas. Hay palabras seductoras, hay palabras obscenas, hay palabras coquetas, hay palabras duras, hay palabras durísimas, hay palabras suaves, hay palabras melosas, hay palabras aladas.
Hay palabras graves y jurídicas, hay palabras simpáticas, hay palabras incomprensibles, hay palabras innecesarias, hay palabras hermanas, hay palabras gemelas, hay palabras lejanas. Hay palabras insospechadas, hay palabras espías, hay palabras dobles, hay palabras comprometidas, hay palabras comprometedoras, hay palabras delatoras, hay palabras testimoniales, hay palabras desaliñadas, hay palabras marciales.
Hay palabras solemnes, hay palabras ceremoniales, hay palabras vitaminadas, hay palabras descafeinadas, hay palabras vigorosas, hay palabras anoréxicas, hay palabras espinosas, hay palabras plumíferas, hay palabras arrabaleras, hay palabras palaciegas, hay palabras falsas, hay palabras doradas, hay palabras bailadoras, hay palabras cascabeleras, hay palabras ligeras, hay palabras honorables, hay palabras promiscuas y degeneradas.
Hay palabras infernales, hay palabras paradisíacas. Hay palabras sucias, hay palabras inmaculadas, hay palabras vulgares. Hay palabras leales, hay palabras traidoras, hay palabras delatoras, hay palabras liberadoras. Hay palabras perfumadas, hay palabras deportistas, hay palabras infantiles, hay palabras de mujer, hay palabras femeninas, hay palabras científicas, hay palabras chismosas, hay palabras amistosas, hay palabras insensibles, hay palabras sentimentales.
Hay palabras poéticas, hay palabras literales, hay palabras guerreras, hay palabras desquiciadas, hay palabras neuróticas y esquizofrénicas, hay palabras corruptas, hay palabras envenenadas. Hay palabras benditas, hay palabras transparentes, hay palabras inaceptables, hay palabras inefables, hay palabras embusteras, hay palabras verdaderas.
Hay palabras sabias, hay palabras exactas. Las hay negras y blancas, dulces y amargas, obesas y hambrientas. Las hay sabor ajo, cebolla, menta, chocolate, miel y hierbabuena. Las hay democráticas y autoritarias, otras son mestizas, otras son puras, otras son poderosas.
También es sabido que las hay exuberantes y desérticas, heladas y silvestres. Algunas son boscosas y frutales, otras volcánicas, otras oceánicas, algunas más son endémicas y transgénicas. Sí, y también se sabe que algunas son ignorantes y otras enciclopédicas, y las hay nacionalistas, microscópicas, universales y hasta cómicas y cósmicas…
Me han dicho que es imposible definir y clasificar a todas las palabras. Supongo que así es. Yo sólo las encuentro misteriosas y fascinantes, me rindo ante su misterio y su encantamiento para nombrar y llamar, significar y decir.
Me gusta cómo se ven y cómo se pronuncian, su ortografía y su gramática, y eso que llaman sintaxis, que sirve para ver cómo se mezclan y combinan y forman entre ellas. Qué cosa más rara. Qué bichos de letras más lindos. Yo sólo sé que me gustan mucho las palabras.
6 de septiembre de 2010
Ah las palabras
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