Veo un libro sobre ella. Empieza a ganar fama y admiradores. Sobre Francesca Woodman y sus fotos se publican libros, se escriben ensayos. Yo tengo emociones e impresiones contradictorias. Más que la razón, una intuición que algunas veces ha guiado mi escritura me acerca a ella. Me hubiera gustado incorporarla a una novela que se va quedando atrás pero que no he olvidado del todo. Me hubiera gustado haber sabido de ella cuando escribí La rosa del calidoscopio, hablar de su vida y sus fotografías. Me hubiera sido muy útil para dibujar el ámbito de cierto personaje. Esta fotógrafa malograda tiene afinidades profundas con algo que imaginé. Así lo creo. Tanto, que a veces pienso que uno no imagina, simplemente encuentra. En este caso, a destiempo.
23 de septiembre de 2010
Francesca Woodman
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La rosa del calidoscopio