12 de noviembre de 2022

La muerte aguarda en una coladera abierta

Memento mori (Recuerda que morirás), es un adagio latino que nos advierte a cada momento nuestra mortalidad. La vida es fugaz, y sólo las moiras o parcas saben cuándo cortarán el hilo de la vida de cada persona. Cómo se viene la muerte / tan callando, canta y lamenta Jorge Manrique. 

Heródoto cuenta que Solón, prudente y con pesimismo ateniense, le dijo al vanidoso Creso que no hay dos vidas iguales, que no hay un día idéntico al otro, y que la vida humana es una serie de calamidades, y para saber si alguien ha sido dichoso y feliz hay que esperar el fin de sus días y mirar cómo ha sido su muerte. 

Somos mortales, pero hay momentos y formas de morir. Las muertes absurdas de los jóvenes sólo pueden despertar rabia y conmiseración. Hay muertes que mueven a la rebeldía y la indignación.

El jueves 10 de noviembre de 2022 dos hermanas, Esmeralda y Sofía, de 23 y 16 años, iban a un concierto en el Palacio de los Deportes de Ciudad de México. Las acompañaba su padre. Por un pasaje oscuro, sin iluminación, Sofía cayó en una coladera abierta de casi ochenta centímetros de diámetro. 

Esmeralda también cayó en esa trampa mortal, o se lanzó a ese hoyo, boca de la muerte, a rescatar a su hermana. Al parecer su padre consiguió una cuerda y trató sin éxito de rescatarlas. Es probable que las haya visto morir ahogadas en las inmundas aguas negras del drenaje, a tres o cuatro metros de profundidad con respecto a la calle.

 El pasaje o callejón era paso obligado para los transeúntes que bajaban de un puente peatonal, y ese lugar estaba oscuro. Y son muchas, en verdad muchas, las alcantarillas sin tapa en la ciudad.

(Los pobres y miserables roban las tapas de las alcantarillas, supongo que de hierro, para venderlas. Debe existir una mafia que las compra para fundirlas y darles otro uso. Y las autoridades de la ciudad dejan las coladeras impunemente destapadas durante mucho tiempo, en una morosidad que algo tiene de complicidad criminal.)

Las muertes de Esmeralda y Sofía tienen todos los elementos de un drama. Hay muchas maneras de morir, y sólo las moiras saben cuándo, dónde y cómo. Pero que dos chicas pierdan así la vida es una mezcla fatal del destino, del azar, de la pobreza y delincuencia urbana, de la corrupción y negligencia y tolerancia del delito de las autoridades. Un coctel fatal. 

Esas chicas salieron de su casa para ir a un concierto. Y se las tragó una coladera abierta, las arrastró bajó tierra, a la inmundicia de una muerte absurda. El adagio latino nos recuerda que cualquier momento puede ser el de la muerte. Que cualquiera puede fallecer en cualquier momento y lugar. Es bueno no olvidarlo. Ay, Cómo se viene la muerte / tan callando.