4 de marzo de 2024

Una evocación de Emily

Emily Dickinson se esmeró en hacer de su vida un atributo más de su poesía. Pasó muchos años mirando el mundo (su jardín) desde su ventana. Y si un día decidió no salir de su casa, terminó por no salir de su habitación, en la que escribía sus poemas a los que restaba importancia y guardaba en un cajón. 

Emily Dickinson era un ser singular, un misterio, y una de las grandes poetas de la lengua inglesa. Dominique Fortier, escritora canadiense, ha imaginado la vida de Emily, de la que sabemos lo suficiente para saber que casi nada sabemos. Este pequeño libro, Las ciudades de papel (minúscula, Barcelona) es una biografía/ensayo/cuento muy libre sobre lo que sabemos y no sabemos de Emily. 

Fortier la recreó tanto como la imaginó, y ha logrado un retrato verosímil y sugerente. Su capacidad de crear atmósferas y personajes, de imaginar y evocar es notable. En párrafos escasos y cortos dice más que otros muchos autores en decenas de páginas. El original francés debe ser realmente una buena pieza de escritura, pues traducido ya suena y se lee estupendamente. Se siente vibrar el goce de la palabra viva, de la buena literatura. 

Este librito, en verdad una delicia, nos acerca a la intimidad de Emily, y el lector lo agradece y lo goza como si fuera un caramelo.