Después de tantos
años de ausencia y silencio
(te diría que más de media vida),
(te diría que más de media vida),
Me escribes cinco líneas para decirme
Que has salido con tu domingo siete y ya eres abuela.
Es sabido, todo el mundo lo repite siempre,
Pero en verdad
encuentras tierno y hermoso al hijo de tu hijo.
Y nunca imaginaste
la dicha que sientes al tomarlo en tus brazos.
Tenías que
decírmelo, me dices, por muchas razones que no das.
Sé bien que nunca
las dirás. Tendrías que explicarme al fin, [supongo,
Por qué te fuiste así,
a la francesa, si nos queríamos en verdad.
Esto no es un
reproche, en mi ánimo no guardo reclamo ni [resentimiento.
Ya se apaga del
todo mi curiosidad. Ha pasado tanto tiempo.
Comprendo el desgaste de tantos años.
Valoro lo jóvenes que entonces éramos
(tú, incluso, dos años más).
Valoro lo jóvenes que entonces éramos
(tú, incluso, dos años más).
Y descifro de pronto la razón de tu mensaje:
Me has escrito para
advertirme, ay, a pesar de lo joven que me [siento,
Que ya
tengo la provecta edad de ser abuelo.