11 de septiembre de 2017

Literatura y terremoto

Comenzó como una leve sospecha, una ocurrencia sin importancia. Luego, volví a pensar en ella como una pista a seguir, un tema de conversación, algo que tendría juego para otra cosa, tal vez un apunte como este. La hipótesis, por así llamarla, dice que existe una novela o un cuento sobre cualquier tema o circunstancia. Una obra literaria de gran calado se ha ocupado de lo que la imaginación ofrezca y la realidad imponga.

Existe la novela de un hombre que se siente caballero andante, y otra de un guerrero astuto que pasa años entre aventuras que le impiden volver a su casa. Tenemos novelas de amores contrariados, de amores juveniles y seniles, de incestos y adulterios, de curas con problemas de conciencia, de policías que son ladrones, de un hombre que su suicida por no soportar la genialidad artística de otro, y la novela de un viejo que seduce jovencitas, otro que duerme con niñas sedadas, y la de un hombre que quiere dejar de fumar.

Tenemos la novela de un hombre que no puede dormir, otro cuenta su vida desde antes de su nacimiento, otro se hace viejo ante su retrato, y otra novela se ocupa de la especulación inmobiliaria. Historias de cazadores de ballenas y sobre perros y gatos y caballos. Historias de viajes y aventuras sin fin.

Tenemos novelas de naufragios, de historias callejeras, otra de un hombre que anda por una ciudad como en el Mediterráneo. Tenemos novelas de épicas de héroes, de avaros y mentirosos, de mujeres casadas confundidas, de genios matemáticos y de memorias y recuerdos. Vidas de emperadores sabios y de locos y celosos. Historias de guerras y de imperios y de fundación de ciudades, historias de una familia y de una casa, de un hombre que va a un pueblo donde todos están muertos a buscar a su padre.

Incluso hay series, la colección de novelas sobre dictadores que envejecen lentamente podridos en su miseria moral y la corrupción del poder. Y claro, también sobre lo que no es posible, máquinas fantásticas, seres de otros mundos y viajes intergalácticos. Existe, me parece, una novela o un cuento sobre todo lo posible y lo imposible. Existe una novela sobre cualquier tema. La lista es finita, pero innumerable: son todas las novelas del mundo.

Volvió a temblar con furia en la Ciudad de México. Al otro día, aquella hipótesis dio un giro. Las fuerzas telúricas la ponían a prueba. El terremoto de 1985 dejó crónicas y testimonios muy valiosos, pero no obras mayores. ¿Existe alguna gran novela sobre un terremoto, o al menos un buen cuento? Yo no los conozco. La hipótesis se puso a temblar: se vino abajo.

Le comenté el punto a Carlos Azar, que pareciera que ha leído todos los libros y que lo sabe todo sobre ellos. Sucede que tiene tantos, que no caben en su casa, por lo que lleva en su coche (en el asiento trasero, en el suelo, en la cajuela o maletero), algunos cientos más que lee mientras conduce por toda la ciudad. Otros tuvieron la dicha de visitar la antigua Biblioteca de Alejandría, pero he visto la impresionante biblioteca móvil en el pequeño Peugeot de Carlos Azar.

Carlos, en cuanto escuchó la hipótesis dijo: «Voltaire escribió sobre el terremoto que destruyó Lisboa en 1755.» Es cierto, lo hizo en Cándido, y en Poème sur le désastre de Lisbonne (Poema sobre el desastre de Lisboa), y las réplicas filosóficas llegaron hasta Kant, que también se ocupó de aquel terremoto que devastó y acabó con la capital de Portugal.

Tal vez la filosofía no es literatura, o no siempre lo es, pero ya teníamos dos o tres textos sobre el tema. Luego, Carlos me escribe: «Haruki Murakami tiene un libro de relatos que se llama Después del terremoto.»  La hipótesis, entonces, abollada, pero resurgía de sus cenizas. Tal vez la literatura se ha ocupado de todo, no ha dejado nada fuera de su celebración sin fin, pero me falta la novela sobre un terremoto.

No me extrañaría que un día un lector o alguien que aún no conozco me hablé de ella, de sus virtudes y me dé noticias de su autor. Pero no me sorprendería que fuera Carlos Azar quien confirme la sospecha de que existe una novela sobre un terremoto, y confirme la sospecha de que existe una novela de gran calado sobre cualquier tema que sea posible imaginar y fijarlo con palabras.