Robert Hughes fue un crítico de arte que solía decir lo que
pensaba. Tenía ideas claras, las convicciones firmes y fue el terror de
algunos tomadores de pelo que más vale olvidar. Por supuesto, sus opiniones
fueron el centro de algunas discusiones ácidas. Manifestar opiniones no
correctas atrae, además de líos y problemas, una celebridad que no siempre es
esperada ni bienvenida. Llegaron a llamarlo "el crítico más famoso de la
historia”, "el crítico de arte más influyente".
Leer sus libros es una buena manera de aproximarse al arte, aunque no se coincida del todo con
él. Pero Hughes me dio algo muy valioso: me ofreció el secreto de Las meninas de Velázquez. Decía que el misterio del cuadro es el
cuadro en sí mismo: lo que se ve en el cuadro es lo que ven Felipe
IV y Mariana al momento de entrar en la habitación. Al mirar Las meninas es como si acompañáramos a
los reyes (reflejados en un espejo del fondo) y descubriéramos con ellos lo
que vieron al entrar. El espectador tiene el privilegio de compartir el punto
de vista con el rey de España.
Para mí fue un hallazgo deslumbrante. No sé si Hughes fue el primero en aventurar esta solución,
pero de cualquier manera le estoy muy agradecido, al menos por difundirla. Cuando leí sus
palabras que explicaban el misterio sufrí mareos y vértigos pero no sentí que
todo se nublara y oscureciera a mi alrededor. Todo lo contrario, descubrí que
el cuadro se iluminaba pleno de una luz muy pura y muy clara. Hughes no me
quitó el misterio y fascinación que sentía por el cuadro sino todo lo
contrario, desbordó mi afición por Las
meninas y fijó para siempre mi admiración incondicional por la genialidad de Velázquez.
9 de agosto de 2012
Hughes y el secreto de Las meninas
Etiquetas:
arte,
crítica,
crítico de arte,
Felipe IV,
Las meninas,
rey de España,
Robert Hughes,
Velázquez