Hace cien años nació Juan José Arreola. Cada día es más grande, y sus palabras más diáfanas, su literatura más pura y profunda. Su lección de amor por el lenguaje es impecable y fecunda, y su ingenio y brevedad son asombrosos: nadie ha dicho más que él con tan pocas palabras.
Arreola es uno de esos escritores que pueden leerse sin fatiga a lo largo de la vida, y pareciera que sus relatos son mejores con el paso de los años. Es, sin más, uno de los imprescindibles. Tal vez su universo se cifra en esta cita, casi una autobiografía literaria:
«Una última confesión melancólica. No he tenido tiempo de ejercer la literatura. Pero he dedicado todas las horas posibles para amarla. Amo el lenguaje por sobre todas las cosas y venero a los que mediante la palabra han manifestado el espíritu, desde Isaías a Franz Kafka. Desconfío de casi toda la literatura contemporánea. Vivo rodeado por sombras clásicas y benévolas que protegen mi sueño de escritor.»
21 de septiembre de 2018
Juan José Arreola
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