La Universidad de Ciencias Politécnicas de Nueva Australia del Norte y el Instituto Nórdico del Caribe de Altas Tecnologías conformaron un admirable grupo multidisciplinario con sus más calificados científicos para desarrollar una investigación sin precedentes en el mundo.
El objetivo era descifrar el "genoma", el "código" de la psicología profunda, las motivaciones del conductor incivil de vehículos de motor. Por el gran número de cafres al volante que van como un peligro público por nuestras calles, la Gran Ciudad tuvo el dudoso honor de ser la sede de la investigación. En efecto, la prevalencia del conductor incivil es endémica de nuestra sufrida ciudad.
Después de siete años de trabajo, han sido presentadas las conclusiones, con un impresionante aparato crítico, fotos, videos, entrevistas, casos y estadísticas. El Informe completo ya se encuentra en la Red. Los responsables de cada casa de estudios, los doctores Knut Gómez y Juan Stolenberg, respectivamente, han presentado en una conferencia de prensa la joya más preciada de su investigación: el Decálogo del conductor incivil.
Los científicos señalaron que si bien la conducta incivil la adolecen toda clase de conductores, sin olvidar a los de las motocicletas (en particular los repartidores de pizzas) presenta "un poblamiento" muy concentrado en conductores de coches de particulares, escoltas, taxis, camionetas, microbuses, autobuses urbanos, camionetas de reparto, camiones de carga.
La primera conclusión del estudio es clara y contundente, se refiere a la premisa, la razón de ser del conductor incivil. El cafre tiene como lema: «Si puedo avanzar, acelero y avanzo.» La segunda: El reglamento de tránsito es casi letra muerta. La tercera señala que si bien se presenta en otras ciudades, la conducta incivil al volante es endémica de la Gran Ciudad, un rasgo de su identidad.
Este es el decálogo del conductor cafre:
1. Si el semáforo está en rojo y puede avanzar: acelero y avanzo.
2. Si la vuelta a la izquierda está prohibida pero puede darla y avanzar: la doy, acelero y avanzo.
3. Si puede avanzar en sentido contrario: sigo en sentido contrario, acelero y avanzo.
4. Si en el paso de cebra cruzan peatones (en particular señoras con carriola, niños y ancianos), acelero y avanzo.
5. Si hay un embotellamiento o atasco, pero puede seguir en reversa, por la banqueta o camellón, doy en reversa o me trepo a la banqueta o al camellón, acelero y avanzo.
6. Si choco, arrollo o atropello a alguien y puede huir, acelero, avanzo y huyo.
7. Si alguien me pide el paso pero puede seguir, le niego el paso, acelero y avanzo.
8 Si al avanzar obstruyo un cruce y bloqueo las calles o entradas: acelero y avanzo.
9. Si puedo rebasar por la derecha, doy a la derecha, acelero y avanzo.
10. Si puedo exceder el límite de velocidad, lo excedo, acelero y avanzo.
11. Si encuentro un lugar prohibido para estacionarse, ahí me estaciono.
12. Si la policía me da el alto pero puedo huir, acelero, avanzo y huyo.
Las autoridades se han declarado «sorprendidas por las conclusiones», y el Decálogo les parece «parcial», «tendencioso», «unilateral», «desinformado» y que responde a evidentes fines políticos en tiempos de campañas electorales. A pesar de ello, convocarán a la formación de una comisión mixta, múltiple y transversal para analizar a fondo la situación, aunque no están convencidas de la presunta presencia de conductores cafres en la ciudad.
12 de diciembre de 2017
Decálogo del conductor cafre
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