6 de septiembre de 2021

Luz interior

Pensar tus ojos para que la luz sea interior,
para que se derritan y escurran las palabras
en el crepúsculo naciente de lo inefable;
Pensar en tus ojos y en que a veces estallan
en equinoccios perdidos a destiempo en el fuego vivo,
carnal, que engendra su brasa infinita en la memoria,
en la petrificada y efímera figura del calidoscopio
que se alza en la forma mientras se aniquila;
En ellos y en las metáforas, con la certeza gris negra
y verde y azul marrón ámbar de que algo vuela
y expira en la mirada de las abejas marinas;
En su torre de cristal,
en los histéricos itinerarios de sus alas,
en las cerraduras de sus cofres secretos,
en lo que son y en lo que ocultan, 
en sus destierros, 
en sus formas del misterio,
certezas de las nebulosas en torbellino,
senderos, dos veleros con derrota;
Pájaros de mitología que encarnan lo que no fueron
y lo que son lejos de sí mismos,
agua de los pozos, perversa inocencia
de música eólica que todo lo ablanda;
Cantar sin nombrarlos en su beso luminoso
de palomas presas que todo lo saben y todo lo ignoran, 
omnipresentes videntes que no se miran entre ellos;
Relámpagos de mentiras, engaños del espejo
y de las teorías de Isaac, el inglés,
velamen a la deriva en el mar de sus cauces,
destellos de la anunciación,
horizontes de la tristeza infinita;
Hacedores de historia rebeldes a su pasado,
continentes de nostalgias arrebatadas en lágrimas
de risa y odio, de anhelos y pantanos olvidables,
constelaciones mutantes de humo y ruinas,
fugaces figuras de tierra prometida,
cántaros de agua y aceite,
cestas de cebolla y canela,
ventanas del jardín y los senderos,
lluvia de profundos minerales,
puñales de piedra, flechas de ónix,
peces de agua azul y cola brillante,
repique de campanas al vuelo,
descargas eléctricas en cielo de verano,
redes de cristal de roca y nube,
arrecifes al borde del vértigo,
claveles deshojados en cosméticos,
sueños de corales infinitos,
islas de arenas movedizas,
goteras de nieve derretida,
olas marinas salvajes que estallan en risa,
caracoles brillantes de playas sin nombre,
guijarros que guardan y colman el pasado,
linces heridos al acecho de la vida,
frágiles fragatas de alta mar en tierra,
lunas gemelas de caramelo y algodón,
papalotes de colores en cielos infantiles,
cantos de río y montaña al alba,
mariposas posadas de la resurrección,
potros desbocados en las praderas,
óleos y pinceles del otoño,
miradores inventores del paisaje,
testigos mudos de lo visible,
fuentes de luz en surtidores,
andamios de equilibrio en la belleza,
amorosos pétalos del día y sus rostros,
guardianes de la noche y su silencio,
acuarelas ingenuas y animadas,
piedras hechas de barro y tiempo,
cavidades cristalinas de humedad,
ternura acuosa y revelación del lamento,
puertas del llanto y del lodo original,
seductores profesionales a sueldo,
heraldos del paraíso prometido,
náufragos de tormentas y soledades habitadas,
sonrisas del sol creadoras de contornos,
inventores de geometrías trascendentes,
ficciones anheladas de la maravilla,
monedas invaluables de polvo de oro,
cámaras de realidades imposibles,
sonatas improvisadas de luz y sombra,
ríos de armonía en contrapunto,
eclipses terrenales sin astros,
vagabundos creadores de caminos,
verdades en grito de cara al sol,
deseo encarnado en llamaradas,
fuego que se desangra en la mirada,
pozos de la tarde moribunda,
dos gritos poblando el cielo,
indomables petrificantes del mundo,
visiones gemelas en tu rostro;
Ojos de mujer, de vida amenazada,
ojos de perro, de vaca, de jade,
de whisky, de aire-nada,
del que es llevado al patíbulo,
del que nada sabe,
ojos de agua de charco y de agua bendita,
de la miseria y la esperanza,
ojos que verán a la muerte sorprendida;
Pensar tus ojos y mirarlos, y mirarlos
para que la luz sea interior;