Cuentan las crónicas que Galileo, crítico de arte en sus ratos libres, dijo ante una estatua de mármol:
−Sí, es bellísima. Su realización es notable y su composición, perfecta. Pareciera que tiene movimiento y se me antoja tan graciosa y leve que podría pensarse que en cualquier momento levantará el vuelo. Pero tiene un punto de apoyo y sin embargo... no se mueve.