Cuaderno de bitácora de lo casi inadvertido. (Apuntes para una literatura urgente.)
31 de diciembre de 2010
Oración
Que no pase un día sin escribir (Nulla dies sine linea, pedía Plino el Viejo), que no llegue la medianoche y me sorprenda con la página en blanco. Que esas palabras, esas frases y oraciones cifren el trabajo, el esfuerzo, la experiencia, la imaginación, las emociones: las vicisitudes del día. Que pueda llamar a las cosas por su nombre y contar la historia con claridad y precisión y decir las palabras justas del hambriento, del desolado, del que sufre y llora, del que ríe, del que canta y baila, del que mira y piensa, del que siente y goza, del que sueña, del que se ha enamorado. Que esa escritura nombre a los hombres y las mujeres que viven perplejos el don de la vida y buscan su camino con la ilusión y las miserias de cada día. Que la escritura sea palabra fija en tinta en el cuaderno y que sea tan gratificante y necesaria como el agua y el aire y el pan nuestro de cada día.